Tin Tan en actitud sospechosa: va a robar una casa en Polanco. Entra al lugar y en una recámara encuentra a un niño que llora cada vez que intenta salirse del cuarto. Para calmarlo le empieza a contar varias historias: una que tiene que ver con el pirata que se roba a la china poblana y navega por ¡Xochimilco!; otra que sucede en un escenario con número musical oriental.
El niño sigue entusiasmado, pero no lo deja salir. Entonces el hombre le cuenta su vida: era "periodista" (o sea que vendía periódicos por la calle) que escuchó los planes de unos ladrones. Al avisar a la policía lo tomaron como cómplice y fue encarcelado por dos años.
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