Situada en Alaska, cuenta las desventuras de Paul Barnell (Robin Williams), propietario de una agencia de viajes, que está pasando una situación personal complicada, ya que su mujer, Margaret (Holly Hunter), sufre una enfermedad degenerativa. Paul decide utilizar un cadáver que ha aparecido en un basurero cerca de su oficina para intentar cobrar la póliza del seguro de vida de su hermano Raymond (Woody Harrelson), al cual hace años que no ve, y con el dinero mudarse con su esposa a un lugar más cálido. Ted Waters (Giovanni Ribisi) está casado con Tiffany (Alison Lohman) y es el agente de seguros encargado de verificar las alegaciones de Paul. Un sicario de la mafia local, llamado Gary (Tim Blake Nelson), intenta recuperar el cadáver.
Igby es un joven y rebelde adolescente que crece en una familia desastrosa, compuesta por un padre esquizofrénico, una madre egoísta y distante y un hermano mayor de extremas ideas políticas. La convivencia amenaza con venirse abajo mientras Igby crece convencido de que debe existir un mundo mejor ahí fuera.
Historia de un neo-nazi (Gosling) que también resulta ser judío. Danny Balint estudia en una escuela judía de Nueva York. Al mismo tiempo, su popularidad crece dentro de círculos neofascistas, hasta convertirse en un admirado líder. En su interior se desarrolla una personalidad paralela; por un lado, se está formando como rabino, estudiando la Torah y enseñando hebreo; y por el otro, ataca a los judíos... Judaísmo ortodoxo y antisemitismo radical se combinan en esta alabadísima producción premiada en Sundance, ópera prima del guionista Henry Bean (Internal Affairs, 1990).